El mundo está lleno de paraísos terrenales, muchas veces inhóspitos y con culturas que valen la pena conocer. Todos quieren lo mismo: que se mantenga. Pero sin pensarlo, muchos viajeros adoptan conductas que van en contra del lugar y de su gente. El daño es significativo por más pequeño que parezca, como comprar productos importados, hospedarse en cadenas hoteleras internacionales o adoptar toda una serie de conductas de apatía social con el entorno. Para contrarrestar estos efectos y que exista una verdadera relación con los locales, existe una nueva alternativa de turismo, conocida con el nombre de viajes solidarios.
Convertirse en un turista solidario. Una experiencia de viaje positiva se refleja en el intercambio y relacionamiento con los habitantes del lugar que se visita bajo un régimen de respeto a las costumbres y colaboración en tareas de ayuda que beneficien a las comunidades locales y nutran al viajero.
Los turistas solidarios, además de ayudar en tareas cotidianas del lugar como la construcción de viviendas, escuelas, ayuda en la educación, contención en comunidades en situaciones críticas y demás tareas que mejoren el sistema de vida de las comunidades, son partícipes de un comercio justo. Al alojarse y comer dentro de la comunidad, dejan un aporte económico que ayuda a la gente de la región, a la par que el viajero vive y disfruta emociones nuevas.
Los viajes solidarios en los cuales el turista se convierte en una herramienta para llevar a cabo proyectos sociales que beneficien la comunidad, es una válida propuesta para los amantes de los viajes que están en contra de los altos impactos negativos que tiene la industria turística sobre el medio ambiente y la población.
Imagen y texto extraídos de la noticia: Una nueva manera de descubrir el mundo: los viajes solidarios